domingo, 26 de abril de 2009

Laurel 2.0

La calle Laurel de Logroño es el corazón gastronómico de la capital de La Rioja. Cualquier turista asocia la ciudad a este camino hacinado con bares abarrotados. Los pinchos, que no las tapas, son los protagonistas de la llamada 'senda de los elefantes'. En los últimos meses, una serie de iniciativas públicas está promocionando fuera de Logroño el buen yantar y beber de 'la Laurel': algunas de estas propuestas parece que funcionan y otras sencillamente se antojan ridículas. Pero a la promoción le falta originalidad. Mientras que en el fondo y en la forma del servicio hay algunos bares que innovan y crean pinchos elaborados, la 'venta' de la calle parece estancada en conceptos de hace décadas. De hecho, vive de las rentas y la fama adquirida. Personalmente pienso que 'la Laurel' da para mucho más. ¿Por qué no viajar y ver otras formas de promoción? Crucemos el 'charco'.

Los Ángeles no es Logroño, está claro, pero la ciudad californiana está revolucionada por una propuesta gastronómica original en el contenido y en su promoción: es el Kogi Korean BBQ-To-Go. Se trata de un restaurante ambulante, en realidad es un camión, en el que se ofrecen tacos que fusionan la comida mejicana y coreana. A simple vista no parece una gran novedad si se obvia la unión de dos escuelas culinarias; el éxito está en la forma de promocionar los tacos. Sus propietarios, dos cocineros, avisan a través de Twitter de los sitios donde van a para para vender su preciada comida. ¿El resultado? Colas de una hora para obtener un sabroso taco y un total de 400 clientes por noche. De hecho, según señala The New York Times, "el camión es objeto de culto en Los Ángeles y genera más publicidad que cualquier nuevo restaurante".

¿Qué se puede aprender de este nuevo concepto? Para empezar, Kogi y 'la Laurel' tienen más puntos en común de lo que parece. Los precios de los pinchos riojanos y de los tacos angelinos son similares y coinciden en ser baratos -la media puede estar en los dos euros-. A su vez, tienen una legión de fieles que tienen 'mono' de sus productos. Y, lo que es más importante, ambas propuestas gastronómicas socializan y generan comunidad. ¿Por qué no intentar una promoción basada en el concepto de comunicación de Kogi? Sería un reclamo estupendo para el corazón gastronómico de La Rioja.

Pongo un ejemplo: un camión 'Laurel' podría recorrer una ciudad que encaje en el 'target' del turista que se desea en la calle logroñesa. ¿Por qué no Madrid, BarcelonaLondres, una urbe en la que es tan difícil comer bien? El vehículo estaría preparado para elaborar seis o siete de las especialidades que se sirven en Logroño y ofrecería información turística a la vez que la comida. Una buena campaña apoyada en el modelo Twitter generaría expectación e interés por esa desconocida calle de esa ciudad que está en el norte de España. Es una idea, pero 'la Laurel' debería entrar en la tan sobada era 2.0. Mientras tanto, seguiremos con los 'bonopinchos'.


Rubén Vinagre: ahora estoy escuchando "Knives out", Radiohead.

7 comentarios:

Una forastera en Logroño dijo...

¡Pero qué buena idea lo del pincho- camión!, aunque... no sé si los hosteleros de la Laurel llegarían tan lejos en ideas. Demasiado tradicionales para entrar en la era 2.0.

Anónimo dijo...

Hombre si esta propuesta hiciera ahorrarse los empujones y demás que hay en la Laurel en hora punta, estaría más que bien... Sin embargo, yo echaría de menos la esencia propia de cada bar.

Rubén Vinagre dijo...

Un matiz: el tema del 'pincho-camión' lo veo exclusivamente como una herramienta de promoción turística de 'la Laurel', no como una solución a la aglomeración de la calle. Son dos cosas distintas ;-)

Salud con los pinchos!
Rubén

Anónimo dijo...

Querido Rubén, la cuestión es si "adolece de originalidad" o, acaso, de falta de originalidad?
T.

Rubén Vinagre dijo...

Vaya gazapo!!! Para mi 'galería de los horrores'.
Gracias, procedo a corregirlo.

A. Varea dijo...

La promoción de la calle se hace en base a impulsos e intereses personales por eso a nadie se le va a ocurrir nada ni 2 ni 500 punto cero. Les pides demasiado,

Una forastera en Logroño dijo...

¡Uhm! creo que simplemente la esencia del post era resaltar el poco interés por adaptarse y evolucionar en una era tan marcada por los nuevos métodos comunicación con el mundo, nuevas formas de hacerse notar, el ser competitivo del que tanto se oye hablar ahora con el tema de la innovación, por ejemplo...