jueves, 23 de abril de 2009

Save the press, save the world (3): la web semántica y el periodismo

Dixi Media ha abierto hoy su proyecto lainformacion.com. Es una puesta de largo que se queda corta porque todavía no se han publicado noticias o reportajes de elaboración propia en el nuevo medio que promueve Mario Tascón. De momento, casi todas las informaciones que aparecen pertenecen a agencias. Poco de lectores y menos de periodistas. Parece un lanzamiento deslucido, forzado y precipitado para hacer coincidir el 'parto' con el 'día del libro'. 

Pero no es momento de juzgar lainformacion.com. Cuando lleguen los artículos propios se podrá medir la apuesta de Dixi Media: lo que realmente hace creíble y rentable a un medio es el contenido de calidad. Ahí está la diferencia.

Tascón, creador de elmundo.es y ex máximo responsable de Prisacom, ha trabajado en una idea que se sustenta en tres pilares: el periodista, el lector y el robot. En la parte que corresponde a las máquinas, el vídeo de presentación del nuevo medio hace referencia a los 1.800 medios y blogs que se rastrean constantemente para obtener contenido. A simple vista es un agregador más que puede sufrir los mismos problemas que Google News: ¿van a entender los medios digitales españoles que se utilicen sus titulares y parte de sus textos para construir lainformacion.com? En estos momentos sólo se leen noticias de agencias. Habrá que esperar.

Por otro lado, es interesante saber cómo funciona el algoritmo con el que trabaja ese robot. Si la máquina está engrasada y categoriza con la máxima exactitud posible, genial. Ante la abundancia, la web está escasa de buenos filtros. Pero, ¿está preparado el robot para mejorar el criterio de un experto en un tema o la selección de un periodista? También habrá que esperar.

Semántica y medios
El robot de lainformacion.com abre el debate sobre el papel que debe jugar la web semántica en la evolución de los medios de comunicación. Si la máquina es capaz de seleccionar y relacionar contenidos de una forma coherente, merecerá la pena. Es el gran reto que el gigante Google News todavía no ha conseguido solucionar: la debilidad del metamedio por definición es la grieta por la que otros proyectos pueden colarse y hacer frente al 'dolor de muelas' de los grandes grupos de comunicación que es la monetización de sus enlaces.

La web 3.0 ofrece múltiples posibilidades a la hora de trabajar un contenido. La relación contextual entre noticias va a permitir encontrar temas relacionados sin necesidad de búsquedas arqueológicas en la Red. La semántica va a ser una 'garganta profunda' para el redactor y el lector. Incluso permitirá desarrollos más ambiciosos en diseño y sobre todo una revolución en las hemerotecas y servicios de documentación. Ahí está el proyecto Neptuno.

Pero la web semántica tiene un problema en su relación con los periodistas. Hasta ahora, ningún profesional se ha preocupado por clasificar o etiquetar correctamente los contenidos que elabora. Quizá no sea su tarea: ¿el redactor debe prestar más atención a la jerarquía y las etiquetas de su noticia o tiene que dedicar ese tiempo a trabajar el contenido en un entorno de inmediatez? Difícil debate. Está claro que es momento de evangelizar para construir esa World Wide Web sencilla, estructurada y ágil con la que sueña Tim Berners-Lee. Quizá la asignatura de Documentación deba ganar peso en las facultades (y sus profesores tienen que hacerla más digerible) para que la apuesta semántica fructifique o los 'técnicos' tendrán que crear herramientas sencillas para que el periodista genere semántica sin esfuerzo.

Otra opción nada despreciable es la traducción de textos: ¿por qué una noticia de un medio con un idioma extranjero no puede aparecer al instante en la lengua materna del usuario sin necesidad de recurrir a un traductor que no interrelaciona ni contextualiza? Si la semántica consigue esa precisión tendrá muchos amigos entre los profesionales españoles.

En la relación entre web 3.0 y medios de comunicación, por mucho que se defienda el poder o la eficacia de la máquina, siempre diferenciará la calidad de los artículos originales, que son los que le hacen competitivo y creíble al propio medio: son sus señas de identidad. El matiz está en quién produce esa información, el usuario o el periodista. La web no sólo ha revolucionado la plataforma, ha democratizado la creación periodística. Ahora toca elegir a los representantes que seleccionen el contenido de un modo plural y abierto: ¿serán las máquinas, las personas o la relación entre ambas?

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