¿Dónde están "las verrugas del mundo"?
Pedro J. Ramírez ha redescubierto la figura de Gay Talese en sus últimas intervenciones públicas. En 'El reino y el poder', un libro sobre sus experiencias en The New York Times, el italoamericano señala que "la mayoría de los periodistas son incansables voyeurs que le ven las verrugas al mundo". Es la visión nítida de las historias, la mirada honesta a los ojos de los protagonistas de la vida y la precisión quirúrgica de un relato contrastado y verificado que informa, forma y entretiene al lector, oyente o espectador. Como diría algún político demócrata, permítase la licencia, eso de lo que habla Talese "¡es el contenido, estúpido!". Esa es la cuestión, el contenido, ese 'invitado' que no aparece en la lista de 'la fiesta del fin del Periodismo'; del resto de asistentes a la bacanal ya se ocupan los 'francotiradores' a los que les da igual despedazar una buena información que un texto divertido disfrazado de noticia.
Un 'twitt' recogía recientemente que los periodistas sólo leemos lo que escriben... periodistas. Cuánta razón tiene y qué equivocados estamos los profesionales del sector. No hay nada mejor que ver, leer o escuchar lo que dicen los blogueros o los twitteros o incluso los antiguos compañeros de piso para darse una 'ducha' de humildad. El baño, sí, también de humildad, queda reservado para los gurús. Pero el patio está revuelto y, con mirada de voyeur, en el 'blogpatio' de la zona vip se leen cosas y Pedro J. es la comidilla.
Millones que no son rentables
La última 'Carta del director' del director riojano -que fue el núcleo de una multitudinaria conferencia en el 50º aniversario de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra-, expresa la incomodidad del director de El Mundo ante el cambio de modelo que se vive en el Periodismo. Su intervención fue transparente y muestra la fragilidad del sector ante la doble o triple crisis que atraviesa la profesión. Ramírez llegó a preguntarse en público sobre qué narices tiene que hacer para no despedir al 9% de su plantilla en una época en la que suma millones y millones de usuarios..., que no generan la rentabilidad deseada. De su intervención me quedo con varias ideas.
En primer lugar, Google, agregadores y cía. como 'enemigos' en la 'fiesta del fin del Periodismo'. El director de El Mundo se equivoca en el sempiterno debate de los enlaces. Estaría bien saber cuántas de las visitas de los 21 millones de usuarios de los que presume proceden de los hipervínculos que colman los agregadores. Su argumentación entronca con la poca confianza que le generan los nuevos formatos. La postura de Ramírez queda clara cuando cita a Arcadi Espada al señalar que "en España está por llegar el día en que aparezca una noticia importante en un blog". Me ausento de la 'fiesta' en este punto puesto que por aquí se ha montado un poco de gresca en la blogosfera.
Y dan ganas de meterse en el 'pollo'..., pero..., es que hay tortas para todos. Los blogs han demostrado su potencia como una herramienta de comunicación y merecen ser respetados pero, ¿es comparable la calidad de sus contenidos con la que ofrecen los medios de comunicación? Por ejemplo, por ir un poco más allá, ¿quién asegura que un blog contrasta sus fuentes cuando este hecho ya se da por supuesto en un medio? De momento, la vara de medir está en la solvencia de su autor. Es el debate, la importancia del contenido como valor que sirve para generar un modelo de negocio viable y, ante la sobreabundancia, confiar en que los hipervínculos se autorregulen. Cualquiera puede escribir en internet, pero cualquiera no puede decir que lo que hace es contenido y, ni mucho menos, información. La calidad es el filtro. Pero constantemente se equiparan información y opinión, blogueros y periodistas y, lo más grave, se ataca a los cimientos puesto que sin ningún pudor se menosprecia la enseñanza universitaria para los profesionales.
El Clamoxyl, el sobrino y el asesor
El hecho de cuestionar la necesidad y la obligatoriedad de la formación universitaria en el Periodismo es directamente proporcional a certificar la demagogia como asignatura obligatoria para abrir una cuenta en Blogger o Wordpress. No ha lugar. Pero los usuarios de internet seguimos leyendo día tras día los onanismos de los 'trolls' de comentario anónimo que se preguntan "¿de qué sirve un periodista cuando un bloguero puede escribir un artículo mucho mejor que él?". Si la cuestión se retuerce y se extiende al resto de profesiones, democracia mediante, este país puede explotar en miles de 'minigolpes de Estado', porque..., ¿para qué voy a ir al médico si sé que me tiene que recetar Clamoxyl porque estoy griposo?, ¿por qué tengo que pagar a un asesor si todos los economistas juntos que dan clases en prestigiosas escuelas de negocio han sido incapaces de ver la crisis y menos de ofrecer soluciones creíbles?, ¿para qué contratar a un experto en redes si el sobrino manitas de un vecino 'ñapea' el sistema con lo que ha leído en internet?... Parecen preguntas para un monólogo gracioso de pub guay, pero equivalen a cuestionar la integridad de cualquier oficio. En el caso del Periodismo, para contar 'las verrugas del mundo' hacen falta profesionales sin miopía.
3 comentarios:
Lo de los blogs, Rubén, está bien como fuente de opinión. Como fuente de noticias, salvo que me saques del error, anda aún regulero (al menos en España). Los bloggers han demostrado ser muy capaces de superar la arrogancia y el onanismo que criticaban en los medios tradicionales, y eso sin haber logrado una ínfima parte del poder y sin habérselo ganado.
Otra cosa es que la licenciatura de periodismo no valga ni para tomar por culo, pero sí el paso por los medios profesionales. Échale un vistazo a los posts de escolar.net de la época pre-Público y los que está haciendo desde que ha dejado de ser director.
Totalmente de acuerdo; blog como fuente de opinión ;-)
Gracias!
De hecho ya se ve que estabas de acuerdo en el post. Es lo que tiene leer y comentar cuando se llega de tomar cañas.
- Si no hay solución, se rebusca.
- Como dice Bartolo, si no hay solución, se rebusca
Riau
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